Olvidados (Michael Grant)

"—A veces atrapas la ola, y a veces la ola te atrapa a ti —acabó diciendo.

—Es la nueva ERA, Sam. No eres tú: es la nueva ERA."

Cuando el pasado mes de febrero algunos blogueritos fuimos a la Editorial Molino en Barcelona y nos dieron la galerada de Olvidados no pensé que fuera a ser algo tan diferente y genial. Os lo digo desde el principio: me ha gustado, encantado y entusiasmado. Olvidados me ha mantenido enganchada durante horas y sus personajes son tan especiales y reales que me he emocionado y asustado a partes iguales como si fuera uno más de los chicos de Perdido Beach.

Un día, de pronto, todas las personas mayores de quince años de Perdido Beach y alrededores desaparecen sin dejar rastro. Los cerca de cuatrocientos niños que quedan allí, desde recién nacidos hasta adolescentes con verdaderos problemas de agresividad, se descubren solos y sin ningún tipo de autoridad que les gobierne. Y por si esto fuera poco, además de estar encerrados dentro de una cúpula de cristal que ocupa varios kilómetros a la redonda y de la cual nadie puede escapar, algunos de ellos comienzan a desarrollar extraños poderes que les permiten hacer cosas tan sorprendentes como leer la mente, teletransportarse o sanar con el mero roce de la piel. El problema es que, cuando los adultos faltan, los jóvenes que se intentan hacer cargo de la situación no es que sean, precisamente, los más idóneos. 

¿A quién seguirán todos los niños? ¿Cuánto tiempo aguantarán sin los adultos? ¿Qué harán con los nuevos dones que están desarrollando?... Y más importante aún: ¿qué les sucede a los que alcanzan los quince años y desaparecen?

Un día cualquiera de instituto, Sam Temple asiste a su clase de historia como de costumbre. La clase es aburrida y los alumnos del instituto de Perdido Beach atienden a todo menos al profesor. Hasta que el profesor desaparece. Así, sin más, de golpe. Un segundo está frente a la pizarra explicando la guerra civil y al segundo después no está. Sam no tardará en descubrir, al igual que los demás alumnos, que todos los profesores y alumnos mayores de quince años han desaparecido. Pero eso no es todo: en Perdido Beach, de repente, únicamente quedan los menores de quince años. ¿Dónde se han metido los adultos? ¿Qué ha pasado para que desaparezcan todos en un segundo? ¿Qué pasará a partir de entonces sin médicos, sin profesores, sin padres?

“El profesor hablaba de la guerra civil. Y, al cabo de un instante, desapareció.
Así, sin más.
Desaparecido.
Sin hacer «puf». Sin un destello de luz. Sin explosión alguna.”

Perdido Beach, desde el gran puf, está, además, rodeado de una especie de barrera invisible que mantiene a sus habitantes aislados del exterior. Los chicos empiezan a llamarlo ERA (Espacio Radiactivo Adolescente), y pronto se dan cuenta de que las reglas han cambiado. 

“La escuela se había convertido en un lugar peligroso. A veces las personas asustadas hacían cosas que daban miedo, incluso los niños. Sam lo sabía por propia experiencia. El miedo podía resultar peligroso. El miedo podía provocar que la gente saliera lastimada. Y el miedo campaba a sus anchas por toda la escuela.

La vida en Perdido Beach había cambiado. Algo importante y terrible había sucedido.

Sam esperaba no ser la causa.”

Los chicos y chicas de Perdido Beach no pierden el tiempo: mientras que algunos siguen asustados y se encierran en sus casas a ver DVD como si nada hubiera pasado, un pequeño grupo empieza a organizarse: Mary se hace cargo de la guardería y de los bebés, Albert coge las riendas del McDonald's y de las provisiones de comida... Y Sam, junto a sus amigos Quinn, Edilio y Astrid la Genio -una de las chicas más inteligentes del instituto y de la que Sam lleva colgado desde hace ya bastante tiempo-, acompañados de Pete, el hermano autista de Astrid, intentarán descubrir qué ha ocurrido con los adultos y por qué, al parecer, desapareces cuando cumples quince.

“—Apenas puedo seguir la física de las clases avanzadas. Para entender esto, tendrías que ser Einstein o Heisenberg o Feynman, a ese nivel. Yo solo sé que pasan cosas imposibles. Así que o bien esto no está pasando, o de alguna manera las reglas han cambiado. 

—Como si alguien hubiera hackeado el universo —señaló Quinn. 

—Exacto. —Astrid se mostró sorprendida de que Quinn lo hubiera entendido—. Como si alguien hubiera hackeado el universo y reescrito el software.”

Si algo diferencia a Olvidados de toda la literatura juvenil actual es, a parte de su argumento y su increíble ritmo, el realismo de sus personajes. Mejor dicho, LOS PERSONAJES, así en mayúsculas, porque realmente son el punto fuerte de la novela. La mayoría de los personajes principales tienen catorce años y se comportan como tal. Nada de adolescentes que actúan como héroes y se comportan de manera madura sin importar todos los horrores que están aconteciendo a su alrededor. No, nada de tener catorce años físicos y treinta y cinco mentales. Sam es etiquetado como héroe desde el principio de la ERA y él enseguida se niega a que eso sea así. Sólo es un chico asustado más que no sabe lo que está pasando.

Pero si esperabais que Olvidados fuera simplemente una novela sobre un centenar de adolescentes y niños atrapados en su ciudad sin poder salir y con todos los adultos desaparecidos, estabais muy equivocados. ¿Qué pasaría si, a parte de ser los únicos habitantes que quedan en Perdido Beach, alguno de ellos empezara a desarrollar poderes sobrenaturales? ¿Y si, además de todo eso, se formaran dos grupos -los chicos de Perdido Beach y los alumnos de Coates, un internado para chicos problemáticos- y se disputaran el poder entre ellos?

“—Sí. Sé que todos estamos tocados. Todos tenemos miedo. Yo, al menos, sí —admitió, sonriendo compungido—. Así que no vamos a fingir que no nos da miedo. Sí que nos da. Pero, a veces, el miedo es lo peor, ¿sabéis? —Su mirada recorrió los diversos rostros y se percató de una preocupación aún mayor—. Aunque el hambre tampoco tiene ninguna gracia. Estamos a kilómetros de una tienda. Allí os daremos de comer a todos. Sé que algunos de vosotros habéis vivido un infierno desde que esto sucedió. Me gustaría deciros que ha terminado, pero no es así.”

Acción, aventura, personajes que te llevan de la mano durante toda la novela y escrita con un estilo directo que engancha desde la primera página. Así podría resumirse Olvidados, pero es que es mucho, muchísimo más que eso. Es un aperitivo. Y si Olvidados es sólo el aperitivo, no sé cómo serán los otros. Es el libro introductorio que nos introduce a los personajes en la ERA y que deja las puertas abiertas a muchísimas historias secundarias que seguramente darán mucho juego. Un gran cambio -necesario- en la literatura juvenil, de calidad y que promete darnos muchas sorpresas. No sé cuándo se publicará la segunda parte en España, pero si algo tengo claro, es que no voy a esperar hasta entonces para saber cómo continúa. ¡Os traeré noticias si al final decido leerlos en inglés!

Muchas gracias a la editorial Molino por dejarnos leer la novela antes de su publicación.