Where She Went (Gayle Forman)

«I needed to hate someone and you’re the one 

I love the most, so it fell on you»

Cuando leí If I Stay por primera vez hace años me gustó, aunque por alguna razón que desconozco no llegué a leer su segunda parte.  Así que ahora, años después y habiendo releído la primera parte, decidí que era tiempo de leer Where She Went y enfrentarme de una vez por todas a las consecuencias de todo lo que ocurrió en el primer libro. Y si os estáis preguntando si me ha gustado o no, solo diré que ha entrado en mi lista de libros preferidos, a pesar de que If I Stay no lo hizo. Y es que a veces estas secuelas son necesarias para acabar de profundizar en los personajes, porque quedarse con el final fácil no es suficiente.

It's been three years since the devastating accident... Three years since Mia walked out of Adam's life forever.

Now living on opposite coasts, Mia is Juilliard's rising star and Adam is LA tabloid fodder, thanks to his new rock star status and celebrity girlfriend. When Adam gets stuck in New York by himself, chance brings the couple together again, for one last night. As they explore the city that has become Mia's home, Adam and Mia revisit the past and open their hearts to the future - and each other.

En If I Stay nos encontramos con una realidad durísima suavizada, en cierto modo, por el hecho de que Mia vive todo lo que ocurre desde fuera de su cuerpo como si fuera un fantasma. Conocemos su pasado mediante flashbacks y la acompañamos mientras pierde a toda su familia y decide si debe ser valiente y quedarse o simplemente rendirse e ir a reunirse con su familia. El final, al menos a mí, me dejó con buen sabor de boca, pero confieso que ese sentimiento de ¿y ahora qué? se quedó flotando en algún lugar de mi mente. Y es que Mia despierta, sí, pero lo hace en una realidad completamente diferente a la que conocía la última vez que abrió los ojos. Y las preguntas no hacían más que aparecer: ¿se acordará Mia de lo que ha vivido fuera de su cuerpo? ¿Qué pasará con su relación con Adam? ¿Qué pasará con Adam?

Uno de los aspectos que más disfruté de Where She Went es el poder disfrutar de la voz narrativa de Adam. La historia ocurre años después del final de If I Stay, y lo ocurrido durante esos años se nos va presentando a lo largo de la novela a través de flashbacks y las propias reflexiones de Adam. Puede que esta segunda parte me haya gustado tanto precisamente por Adam: sus contradicciones, tan humanas, y cómo nos muestra de manera tan sutil que él también ha sufrido con la pérdida de la familia de Mia y que estos años transcurridos no han sido fáciles para ninguno de los dos. Por eso, tal vez, es tan difícil perdonar. Porque todos sabemos que perdonar, en el sentido más sincero y completo de la palabra, es una de las cosas más difíciles de conseguir.

But I'd do it again. I know that now. I'd make that promise a thousand times over and lose her a thousand times over to have heard her play last night or to see her in the morning sunlight. Or even without that. Just to know that she's somewhere out there. Alive.

El trabajo a nivel de personajes que Gayle Forman llevó a cabo en Where She Went es, en mi opinión, magistral. Nada aparece en la novela porque sí. Las consecuencias de todo lo que pasó en la primera novela se nos presentan únicamente a través de los personajes, sus palabras y sus acciones. El reencuentro de Mia y Adam es probablemente uno de mis momentos literarios favoritos dentro de la literatura juvenil, junto al magnífico capítulo del puente mientras Nueva York recibe un nuevo día. Cada palabra, cada reproche, cada pensamiento no dicho, cada mirada... Todo está cargado de humanidad, de dolor, de amor, de rabia, de arrepentimiento, de ganas de pedir perdón y ser perdonado.

Where She Went entra en mi lista de novelas juveniles favoritas por su humanidad, su tratamiento de los personajes y la voz narrativa de Adam, que es una de las mejores que he tenido el placer de leer dentro de este grupo de novelas. Porque la mayoría de las veces lo más importante no son las cosas fuertes y horribles que nos ocurren, sino las consecuencias que sufrimos en nuestras vidas y en la de los de nuestro alrededor. Sin duda, toda una reflexión sobre la familia, el amor y el miedo a vivir bajo una capa de aparente sencillez.

You were so busy trying to be my savior that you left me all alone.