Mi chica fantasma (Tamsyn Murray)

"Quién dijo que la muerte era aburrida?"

Después de la lectura de una novela tan dura como Entre tonos de gris, MI CHICA FANTASMA de la autora Tamsyn Murray llegó a mis manos en el momento perfecto. Es el segundo título de Maeva Young (el primero fue Una canción para ti, otra genialísima novela que recomendaré siempre por su frescura y sus personajes) y, al menos a mí, no me ha decepcionado. Me ha durado una tarde y la mañana siguiente y, para qué mentir, me he quedado con ganas de más.

La protagonista es Lucy Shaw quien, en sus propias palabras, no es la típica chica de quince años. Para empezar, vive en los lavabos de hombres de Carnaby Street en Londres, donde fue asesinada seis meses antes de que comenzara la historia. Superada la tristeza de no volver a ver su familia ni a sus amigos, se impuso dos normas: "No pensar nunca en su antigua existencia" y "No penar nunca sobre lo que pasó la última Nochevieja". A partir de entonces, empieza a acostumbrarse a su nueva vida de fantasma y luego conoce a Jeremy, el primer vivo que puede verla, y a Ryan y Hep, sus mejores amigos en este nuevo mundo.

"Si habéis visto alguna vez un supuesto documental sobre fantasmas, sabréis que hay muchas clases. Algunos son los típicos fantasmas de Scooby Doo, que hacen aspavientos y gimen todo el rato. Luego están los que deciden pasar la eternidad escondiendo cualquier cosa que no esté clavada al suelo para poder ver a los vivos tirarse de los pelos mientras buscan sus trastos. Una vez culpé a los fantasmas de la pérdida de mis deberes de religión. Me gané un castigo y una visita al subdirector."

Los fantasmas no pueden moverse del sitio donde murieron, así que Lucy lleva seis meses encerrada en unos lavabos públicos de hombres. No es el lugar más agradable para pasar el tiempo, y mucho menos si nadie puede verte. Pero todo cambia el día en el que Jeremy entra en el nuevo hogar de Lucy y ésta, al escucharle tararear una canción de los Jackson Five, se acerca con curiosidad. Es entonces cuando Jeremy se lleva el susto del siglo al ver a una chica mirándole fijamente a través del espejo. Sorprendentemente, Jeremy puede verla, y eso lo cambia todo.

"Analicé críticamente su gastada cazadora de motorista y sus vaqueros grises. Por detrás parecía un profesor de geografía intentando imitar a sus alumnos. Eso le hizo perder puntos. Aunque lo compensó con su gusto musical. Como decía mi padre: un fan del primer Michael Jackson no puede ser malo del todo."

Lucy es la clase de protagonistas que me gustan en las novelas de este tipo: divertida, con las cosas típicas de la edad adolescente y sarcástica hasta la muerte (nunca mejor dicho), aunque también tiene ese punto de madurez que va apareciendo poco a poco y que crece hasta convertirla en una chica que sabe lo que quiere, aunque no siempre pueda conseguirlo.

Los demás personajes no se quedan atrás: Ryan y Hep se convierten en un gran apoyo para Lucy y cada uno destaca por sus personalidades bien marcadas, cosa que ayuda a que la historia no resulte lenta ni difícil de leer. En realidad, me ocurrió todo lo contrario: una vez empecé no pude parar y devoré las 220 páginas en poco menos de dos días.

En definitiva, una bonita novela, con una narración fluida y llena de humor; y, aunque en un principio puede parecer la típica historia adolescente e incluso un poco infantil a veces, va tomando matices más serios a medida que aparecen temas delicados como el asesinato o el suicidio, los cuales están tratados de una perfecta para cada momento en el que aparecen.

"—¿Sabes de verdad por qué volví? —dijo Jeremy en voz baja.

Sintiendo que iba a revelarme algo, alcé la vista.

—¿Por mi encantadora personalidad?

Esbozó una sonrisa fugaz.

—Mientras me estabas mirando en el espejo, tu expresión me recordó a la de otra persona. Hace algunos años, una noche, en la estación de metro de Camden, la mujer que estaba a mi lado se arrojó a las vías del tren. Medio segundo antes de saltar, sus ojos se encontraron con los míos. —Tragando saliva, sacudió la cabeza—. Te parecías tanto a ella, suplicando que alguien comprendiera cómo te sentías. Nadie merece estar tan solo-"

Muchísimas gracias a la editorial Maeva por el ejemplar y por

la divertidísima e interesante merienda del jueves pasado :)