Quantic Love (Sonia Fernández-Vidal)

Si el universo fuese un vestido, ¿cuál te pondrías esta noche?

Mi historia con esta novela ha sido un poco de amor-odio. La empecé como cuatro veces y en ninguna de ellas conseguí pasar de la página 20. Me aburría, aunque ahora que lo pienso todo eso se debió a que no estaba de ánimos para leer un libro sobre amoríos en la adolescencia. Aunque lo que no sabía era que tras las páginas de Quantic Love iba a encontrar muchísimo más que eso: una historia de amor, sí, pero con unos personajes cercanos en un escenario tan interesante como lo es el CERN. Así que, a pesar de haber tardado tantos meses en leerlo (y vuelvo a decir, como en las entradas anteriores, que no pude leer nada por placer debido a las lecturas de la universidad y a los exámenes) Quantic Love me ha gustado y pude devorarlo en un día.

En el CERN, el centro de investigación más avanzado del mundo, entre experimentos de viajes en el tiempo y de teletransportación, entre partículas que superan la velocidad de la luz y otras que revelan el origen del Universo, la joven Laila se enfrenta al mayor misterio que existe: cómo decidir entre dos amores. Por un lado, Alessio, un atractivo periodista; y, por otro, Brian, un cerebral científico que oculta un gran secreto. 

Laila es una joven sevillana que, tras acabar la selectividad, decide apuntarse a una bolsa de trabajo europeo en la que consigue un puesto de camarera en el CERN, uno de los centros de investigación más importantes del mundo situado en Suiza. Dudosa entre varias carreras de ciencias, piensa que pasando allí el verano -aunque sólo sea sirviendo mesas- podrá decidirse sobre su futuro. Allí conoce a Angie, su compañera de cuarto, una estudiante de Física con una inteligencia excepcional quien, a pesar de no llevarse bien desde el primer momento, conseguirá que entre ellas nazca una bonita amistad.

«Mientras se fundía la última luz de la tarde, aquella reparadora calma pronto se convirtió en soledad y en un cierto temor. Recordé una entrevista que había leído al psiquiatra Enrique Rojas. Mencionaba la fórmula: SOLEDAD + TIEMPO = DEPRESIÓN. Eso funcionaba así "excepto con los intelectuales, que nunca se sienten solos aunque no haya nadie a su lado", había dicho.

    Yo no era una intelectual. Como mucho, un saco lleno de sueños, aunque tampoco sabía cuáles, Había llegado a un destino envidiable. Estaba en uno de los lugares más fascinantes del mundo. Sobre todo para mí, que barajaba estudiar una carrera de ciencias.»

Pero el título de la novela nos promete un amor cuántico, ¡y vaya si nos lo ofrece! Laila conoce a dos chicos muy diferentes entre sí: Alessio, un periodista italiano que está haciendo prácticas en el CERN entrevistando a varios científicos, y Brian, un joven físico estadounidense que ama tanto la ciencia que la ha convertido en su prioridad número uno en la vida. Iremos conociendo a los dos chicos de la mano de Laila, a través de sus sentimientos e impresiones a medida que van ocurriendo cosas y empiezan a surgir los primeros problemas, dudas y misterios.

«—Quizás esas cantantes solo querían explorar todas las posibilidades del amor. Como dicen los cuánticos, hasta que no colapsamos una posibilidad tomando una decisión, todas coexisten al mismo tiempo.»

Una de los aspectos de la novela que al principio me molestó pero que terminó gustándome fueron las citas y las explicaciones sobre ciencia que aparecían cada dos líneas. Me explico: durante los primeros capítulos tuve la sensación de que las citas de personajes célebres estaban como metidas con calzador en la historia; la protagonistas las soltaba cada dos por tres y salían a menudo en las conversaciones, cosa que no me resultaba nada natural. Lo mismo ocurría con las explicaciones sobre física: aparecían de la nada y tenía la sensación de estar en una clase más que de estar leyendo una novela juvenil. Pero como ya he dicho, todo esto pasó de molestarme a gustarme y acabé aprendiendo muchísimas cosas interesantes sobre ciencia y varias anécdotas que es mejor no olvidar. 

Además, pude darme cuenta de que la autora había conseguido lo que suele ser tan difícil: al leer todas aquellas explicaciones sobre cosas de las que no tengo ni idea, conseguí simpatizar con Laila y entender cómo se sentía rodeada de cerebritos hablándole sobre física cuántica: como un pulpo en un garaje. Así que vamos aprendiendo cosas junto con Laila, igual que en el tema amoroso, y todo esto consigue que queramos saber más y más y querer correr a matricularte en Física en cuanto cierras el libro.

«—Lo has hecho muy bien —le alabé sin poder evitar un sentimiento de humillación—. Hasta un niño de escuela lo habría entendido. Incluso una camarera que solo pasa los platos del menú y sirve cafés.

—¡No infravalores tu trabajo! Gracias a la cafeína, que bloquea un neurotransmisor que facilita la aparición del sueño, los científicos podemos entregarnos a nuestra elucubraciones mentales. Sin ti, estaría perdido.»

Quantic Love es una novela fresca, entretenida y diferente, esto último debido a su escenario y también a los temas que se tratan a parte del amoroso, que demuestra que la oferta de Literatura Juvenil a nivel nacional a veces tiene poco que envidiar a la internacional. ¿Quieres resolver la ecuación del amor? Pues creo que Laila, con las notas de su Moleskine, podrá ayudarte.

Muchas gracias a La Galera por el ejemplar, y perdón, perdón y perdón por la tardanza.

PD: ¿No conocéis el tema que Nikosia compuso para la novela? ¡Es adictivo! (Lo digo por experiencia)