Te vas sin decir adiós (Sarah Dessen)

«—Todo el mundo tiene un punto especial»

Sarah Dessen no me ha fallado nunca. Siempre aparece cuando más la necesito, con sus personajes y la historia que quieren contarme. Entonces abro el libro y empieza de nuevo, ese pequeño universo en el que solo estamos los personajes, la voz de Sarah y yo. Nadie ni nada más. ¿Y sabéis qué? Que eso es más que suficiente.

Desde el amargo divorcio de sus padres, Mclean y su padre se han mudado varias veces; han vivido en cuatro ciudades durante los últimos dos años. Alejada de su madre y de su nueva familia, Mclean ha seguido a su padre dejando el infeliz pasado atrás. Y cada nuevo lugar le da la oportunidad de adoptar una nueva personalidad: pasa de ser animadora a una diva del teatro, hasta que, ahora, por primera vez, descubre el deseo de permanecer en un lugar y simplemente ser ella misma. Tal vez Dave, su vecino, la puede ayudar.

No voy a comparar Te vas sin decir adiós con los demás libros de la autora porque no me parece justo ni necesario. Las novelas de Sarah Dessen son historias independientes dentro del mismo universo, en el que los personajes de unas aparecen a veces en las otras. En esta ocasión, por ejemplo, aparece el Última Oportunidad, el restaurante en la playa en el que se desarrolla casi toda la historia de Atrapa la luna. De esta manera, al leer un nuevo libro de Sarah Dessen solo tenemos que adentrarnos de nuevo en su universo y estar dispuestos a conocer a nuevos personajes y puede que reencontrarnos con algunos ya conocidos.

Con diecisiete años y unos cuantos meses por delante antes de ir a la universidad, Mclean se muda con su padre a Lakeview, donde ella será la nueva en el instituto mientras él se encarga de intentar reflotar el Luna Blu, un restaurante italiano encaminado al fracaso. Después del divorcio de sus padres, Mclean siente que ya no puede ser la misma, así que durante los dos últimos años y las cuatro mudanzas que lleva a sus espaldas ha decidido tomar una personalidad diferente en cada nuevo lugar.No ha vuelto a ser Mclean, porque la Mclean de siempre ya no existe.

Bueno, siempre era una lata dejarlo todo y marcharnos de nuevo. Pero también depende de cómo se mire. Si lo consideras un cambio demoledor que te va a arruinar la vida, estás perdida. Pero si lo tomas como una repetición, como una oportunidad de reinventarte y comenzar de nuevo, entonces está muy bien. Estábamos en Lakeview a principios de enero. A partir de ahora, podría ser quien yo quisiera.

Uno de los puntos fuertes de Sarah Dessen es su manera de construir los personajes y la historia que los une. En Te vas sin decir adiós nos encontramos con una protagonista que actúa como actuaría cualquier adolescente de su edad y en su situación: no sabe qué hacer ni cómo actuar, así que decide crear un muro a su alrededor hasta que llegue el momento de una nueva mudanza. Pero ese muro cae cuando conoce a Dave, su raro y adorable vecino, y, sin saber muy bien por qué, se encuentra a sí misma presentándose como Mclean; no Liz, no Eliza, no Beth: solo Mclean. Y ahí empieza todo.

Los secundarios son tal vez mis preferidos de las novelas de la autora que he leído hasta ahora. Tienen mucho más peso en la historia y las relaciones entre ellos son completamente naturales. Tanto los amigos de Dave —desde Heather y Riley hasta la maravillosa Deb— como el caótico personal del Luna Blu —Opal, la encargada, es quizás mi segundo personaje preferido, después de Dave— nutren la historia de momentos divertidos unos y emocionales otros, ayudando a Mclean a encontrarse de nuevo. Los padres, sin embargo, me han chirriado como personajes en algunos momentos. Al principio no entendí el comportamiento de la madre de Mclean, pero Sarah Dessen no deja nunca ningún cabo suelto y lo arregla hacia el final de la novela, cuando muestra sus motivos sin llegar a justificar sus acciones. La elección de perdonar o no a la madre está en manos de Mclean y del lector, ya que la autora no impone nunca nada.

Era lo que todo el mundo quería, que hablara. Mi madre, mi padre, mis amigos, por no hablar de todas las personas en las ciudades en las que habíamos estado antes. Pero hablar era inútil. Lo que importaba eran las acciones. Y yo estaba en movimiento. Ahora, de nuevo, siempre.

Aunque Una canción para ti sigue siendo mi preferido de Sarah Dessen, Te vas sin decir adiós ha llegado para quedarse con el segundo lugar. Mientras que el primero se centraba más en la historia de amor entre Dexter y Remy, el segundo le da más importancia a la protagonista y a sus problemas con los demás. Hay amor, por supuesto —¡estamos hablando de Sarah Dessen!—, pero la relación entre Dave y Mclean nace como un refugio para ambos, un refugio que se convierte en amistad cuando entran en él los demás personajes y que poco a poco va creciendo para convertirse en algo muy especial que puede ser el comienzo de algo todavía mejor. Eso es para mí Te vas sin decir adiós: la historia de cómo Mclean se encuentra a sí misma para poder asentar el comienzo de todo lo que está por llegar.

Yo sabía que tenía muchos defectos, e incluso más secretos. Pero no quería estar sola. Ni a las dos de la mañana, ni ahora.