 |
| fuente |
Estudiar Literatura Comparada me está trastocando, o al menos eso creo. Tanto hablar de qué es realidad y qué es ficción, o llegar a la idea de que la realidad no existe, sino que es una ficción que los humanos creamos para pisar sobre suelo seguro... Mi cerebro y yo salimos de clase con los motores a mil por hora, replanteando todo lo que soy y lo que me rodea.
Después, ya en casa, abro uno de los muchos libros que tengo que leer para clase y pienso, de nuevo, si lo que estoy leyendo es ficción o si realmente, al formar parte de mi vida y de lo que soy, es realidad. ¿Ves? Ya me estoy haciendo un lío de nuevo. Ése, creo, es mi mayor problema: en mi cabeza todo está ordenado y tiene sentido, pero a la hora de ponerlo en palabras... Bah.
A lo que quiero llegar en este batiburrillo de ideas sin mucho sentido, creo, es al hecho de que he llegado a la conclusión de que tanto yo como los libros que leo estamos hechos de ficción. ¿Acaso no estamos hechos de recuerdos? Las cosas pasan rápido, el presente desaparece delante de nuestras narices y lo único que nos queda son los recuerdos, que nos hacen tal y como somos. Cuando recordamos o explicamos algo que nos ha pasado, no lo hacemos tal y como pasó, ¿verdad? Yo, por ejemplo, pongo música a mis recuerdos, como si fueran pequeñas escenas de una película, con diferentes planos y viéndome a mí misma en ellos. Eso es imposible, porque yo jamás me he visto en los momentos que he vivido, pero ahí estoy, en la ficción de mis recuerdos. Cuando explicamos partes de nuestra vida, en el momento de narrarlo, lo convertimos en ficción. Y eso no es malo, sino todo lo contrario: estamos hechos de narraciones, de ficción, y nos nutrimos de ellas ya sea a través de películas, libros, videojuegos o cualquier tipo de texto que nos ayude a ser felices.
Y si la ficción nos hace felices, ¿por qué no reconocer que nosotros somos ficción? La idea de narrar y construir nuestra propia historia me parece maravillosa, así que voy a quedarme con ella y a seguir hasta que toque poner el punto y final.
Hola! Bonita reflexión :) Yo creo que en buena parte los humanos estamos hechos de ficción, ya no solo por nuestros recuerdos, sino por la importancia de las historias en nuestras vidas. Y me refiero a historias que leemos, escuchamos o vemos en el cine. Yo por lo menos, considero que no sería la persona que soy sino hubiera leído x libro.
ResponderEliminarSaludos! :)
La verdad es que ésa es una muy buena reflexión. Cuando di filosofía salía de clase y permanecía durante días con grandes paranoias mentales y una de las pocas cosas que tengo más o menos claras de tantas horas de reflexión es que no existe la realidad, como no existe la verdad, y que somos seres extremadamente cerrados que intentamos aferrarnos a algo sólido en un mundo tan complejo que jamás llegaremos a entenderlo en su totalidad. Sólo aceptando nuestra completa ignorancia podremos empezar a aprender.
ResponderEliminarUn beso, me encanta tu blog ;)
¡Pero los recuerdos son hechos reales! Aunque en el momento en que los cuentas no existen, EXISTIERON ò_ó. Que al contarlos puedas eliminar algo o añadirlo de tu propia cosecha no quiere decir que deje de ser real completamente y que por tanto sea ficción ò_ó.
ResponderEliminarAunque a mí me gusta pensar que la ficción es real en algún universo paralelo, como que todo lo que imaginamos existió en algún plano astral y por eso somos capaces de reproducirlo en literatura, películas, videojuegos, etc.
Vale, me voy.
Existieron, pero lo que recordamos no es lo que pasó REALMENTE, sino nuestra imagen de lo que pasó... Nunca al realidad "total", sino una ficción propia de ese momento. NO SÉ TÍA, ME LÍO.
EliminarMi idolatrada Amélie Nothomb, que juego mucho con la oposición realidad/ficción en su obra se pone muy meta en una de sus últimas novelas, "La nostalgia feliz" y la empieza con esa monosidad de frase que es: "Todo lo que amamos se convierte en una ficción".
ResponderEliminarMás allá de la cuña publicitaria (:P), entiendo lo que dices y, en mis días intensos, lo comparto. Creo que son pajas mentales (bonitas) que nos hacemos en algún momento todos los que estudiamos literatura.
No he leído nada de Amélie Nothomb, pero es una gran pendiente desde hace un par de años. No sabía que jugaba con realidad-ficción, así que ahora tengo muchas más ganas de leer algo suyo (siéntete culpable).
EliminarAy Cris, que cosas más bonitas dices.
ResponderEliminarSiempre me ha gustado pensar que yo construyo mi vida, mi historia, que no hay un destino, y todo esto encaja genial con lo que has dicho <3
Un besito.
Sí, de alguna forma somos más ficción que realidad. Dejamos de ser realidad en el momento en que abandonamos el momento vivido, donde ni siquiera lo somos del todo, porque siempre que se vive la realidad sólo se vive una parte de ella, la que nosotros percibimos, nuestra percepción. Nada es «realidad» sino más un punto de vista de los muchos que existen, y eso hace tan sencillo realmente el poder escribir historias, el desmentir historias y el sentirlas tanto, incluso cuando están hechas de fragmentos muy muy pequeñitos. Pero lo llamamos «realidad» porque si no, acabaríamos volviendo locos. No me explico. Pero tu reflexión ha sido muy bonita. Y muy útil. Muchas gracias de nuevo.
ResponderEliminarNos leemos.
Estamos hechos de recuerdos, de música, de imágenes que se superponen, de sensaciones... de aromas (algunos, yo no). Estamos hechos de sentimientos y esos sentimientos, esas sensaciones se confunden en nuestras cabezas convirtiéndonos en ficción.
ResponderEliminarSigue recordando, sigue ficcionando (¿?), sigue escribiendo.
un beso
Me gustó bastante tu reflexión, me hizo pensar bastante y mi cabeza ahora está hecha un lío jaja
ResponderEliminarSi estudiar literatura provoca estas relexiones es una carrera que me encantaría estudiar
Besos^^
Hola! Me ha gustado mucho tu reflexión; de hecho, no hace mucho pensaba lo que tú, que al fin y al cabo somos lo que hemos vivido, recuerdos, música y sea o no ficción hay que valorarlo y vivir, sobre todo ;) Un beso!
ResponderEliminarMe encanta la idea y como la has planteado, le voy a dar un par de vueltas ^_^
ResponderEliminarMe ha encantado la entrada, Cris. Mi profesora de literatura en bachiller nos explicó una cosa parecida porque nos dijo que cuando nuestros padres (o familiares en general) nos cuentan anécdotas de cuando éramos pequeños nuestra mente automáticamente crea un recuerdo nuevo a pesar de que en verdad no nos acordemos realmente.
ResponderEliminarMuá♥
Que curioso, en el momento que vivimos algo se convierte en ficción. Me ha hecho pensar mucho en como veo mi vida y en como cuando describimos un lugar pasado podriamos estar inventándonoslo. Aunque según tu reflexión es lo que hacemos. Y me parece magnífico.
ResponderEliminar