Héroes (Pau Freixas)

“¿No recuerdas ningún verano como el más importante de tu vida?”

No sé para vosotros, pero el cine es una de las partes más fundamentales de mi vida. A ver, tampoco quiero causar la impresión equivocada: no, no soy una experta del celuloide que sabe quién ganó el Oscar a mejor actor secundario en 1974 (oh, San Google me dice que fue Robert De Niro por El Padrino II… peliculón donde los haya), no he visto Casablanca y, porsobretodaslascosas, me niego rotundamente a ver El Exorcista. Pero eso no quiere decir, ni mucho menos, que no disfrute como la que más con una buena película.

Y eso es exactamente lo que hice hace unas dos semanas cuando fui a ver HÉROES: disfrutar como una enana.

La verdad es que puse un pie en la sala con las expectativas por los aires. El tráiler y las críticas me habían puesto la miel en los labios y no veía el momento en el que, por fin y después de semanas esperando, las luces se apagaran y empezara el ritual que tanto me encanta.

Y allí mismo, en una sala ni por asomo llena y habiendo comprado entradas para la Versión Original en catalán (lo cual agradeceré SIEMPRE al destino, que hizo que no quedaran cines cerca de mi casa en la que la proyectaran en castellano), las luces se apagaron y empezó la película.

Resumida de manera fácil y sin destripar ningún detalle importarte de la historia, empieza con un publicitario centrado en su trabajo y con el único objetivo de llegar a una reunión muy importante. Pero un altercado con unos niños que sólo estaban jugando y el encuentro con una chica que se dirige hacia una misteriosa cita trastocan totalmente sus planes. Entonces, y empezando con la verdadera historia, se nos muestra una escena que todos hemos vivido al menos una vez: la última clase del curso y el viaje a nuestro pueblo; la libertad, el aire puro y el reencuentro con los amigos.

Xavier, un niño barcelonés de doce años que no pasa por su mejor momento, llega a su pueblo decidido a reencontrarse con su pandilla y vivir el mejor verano de su vida. Junto con sus amigos, conocidos en el pueblo como Els Petits (“Los pequeños”), volverán a intentar, como hacen cada verano, conseguir la cabaña mágica, que no es más que una casa del árbol muy especial que los niños del pueblo se juegan cada verano en una carrera; quien gana, se la queda hasta la carrera del año siguiente y, según cuenta la leyenda y la gente del pueblo, es la cabaña la que puede cumplirte lo que le pidas.

La película sigue su curso y la historia de Xavier y sus amigos, en la década de los 80, se va entrelazando con la del publicitario y la chica. Los diálogos entre los niños, inocentes a simple vista, esconden grandes verdades y grandes secretos que iremos descubriendo a lo largo de la película hasta llegar al momento clave, cuando se nos corte la respiración y lleguemos a pensar “no me lo puedo creer”. No todo es un verano idílico y una amistad más que fuerte; los personajes, cargados con muchísima sinceridad y humanidad, nos transportan a través de sus propios sentimientos y el paso del tiempo, hasta que llega el final del viaje.

Yo reconozco, sin una pizca de vergüenza, que lloré como una niña en la escena final. Las lágrimas vinieron acompañadas de una sonrisa triste y nostálgica, satisfecha y plena. Con Forever Young de fondo y la cabaña mágica por fin en manos de sus verdaderos dueños, al menos de alma, se nos queda un buen sabor de boca y una sensación de satisfacción y nostalgia que perdurará en nuestro cuerpo hasta tiempo después de haber cruzado las puertas de la sala.

La primera vez que vi el tráiler, más que nada para hacerme una idea general de si la película entraba dentro de mis gustos más inmediatos (aunque ya se sabe, no siempre se puede fiar una de la primera impresión que causa un tráiler), me llamó bastante la atención. Las frases seleccionadas de la crítica para el final del tráiler terminaron de convencerme: “Un admirable equilibro entre comedia y drama” (Diario Sur) y “Héroes nos recuerda por qué nos gusta el cine” (Tiooscar.com). Ahora que ya he podido verla, no puedo estar más de acuerdo.

Vedla si podéis. No os puedo asegurar que os gustará porque ya se sabe eso que dicen de los colores… Pero no perdéis nada por intentarlo. Pero os tengo que pedir algo; y lo hago educadamente, además: por favor, por favor, POR FAVOR, vedla en VO en catalán. Puede que os molesten los subtítulos, pero más molesto es tener que soportar ese doblaje tan horrible que le han hecho a la película y que tanto dolor causa a mi pobre corazón (¡tened compasión de mí!).

En definitiva, Héroes es un buen ejemplo de que el cine español no es tanto ni tan poco, como se dice por ahí. No me declaro fan ni seguidora de nuestro cine, porque es cierto que hay ocasiones que llego a sentir vergüenza ajena, pero de vez en cuando salen joyitas (al menos para mí) que merecen la pena.

Y ahora sí que me despido, un poco más ligera al haber compartido todo lo que rondaba por mi mente desde que salí del cine y dejándoos con esta escena de la película tan tierna y que tanto disfruté.

"Petits? Un, dos, tres: PETITS!"

[Trailer original] y [Trailer en español (me abstengo de comentar el doblaje...)]