Let's Talk es una sección semanal que nació en el blog I swim for oceans. Su administradora, basándose en un tema por semana, lanza una pregunta para que nosotros y ella misma la respondamos. ¡Es un debate! Puede apuntarse quien quiera, pero siempre dando créditos. Aquí, en Palabras como souvenir, he decidido dejar el mismo título de sección por respeto al original.
¿Qué libros me hubiera gustado leer como lecturas de clase en el instituto?
It is a truth universally acknowledged que las lecturas obligatorias que nos hacen leer en el instituto distan mucho de ser recordadas como entretenidas en el futuro. No todas ellas, por supuesto, pero la mayoría son aburridas y su lectura se hace pesada. Aunque claro, ¿qué esperamos de la cultura de un país en la que se tiene que obligar a los niños y adolescentes a leer?
La gran mayoría de títulos que nos hacen leer en primaria y secundaria han sido escritos precisamente con ese propósito: casi ninguno de ellos se lee fuera de las paredes del colegio y seguramente ni siquiera recordamos el nombre del protagonista o incluso su argumento pasados unos meses. Son novelas simples que casi siempre tratan sobre los mismos temas. No están hechos para ser recordados por quienes los leen.
Tuve la suerte de tener una asignatura en primaria en la que lo único que hacíamos era leer. No había exámenes y la profesora no quería hacernos llegar ningún mensaje; quería, simplemente, que empezáramos a disfrutar de la lectura. ¿Y cómo lo hizo? ¿Acaso escogió una novela insustancial sobre algún niño al que le ocurre cualquier tontería que haga al lector reír para después olvidar el libro al día siguiente? No. Escogió Charlie y la fábrica de chocolate. Leíamos en clase, en voz alta y a veces nos llevaba a la biblioteca del colegio. Al terminar la lectura, estábamos tan entusiasmados con la historia que nos trajo la película (Un mundo de fantasía, la única adaptación que debería existir, por cierto) para verla en clase. Ahí empecé a leer y a ver los libros como algo más que una obligación.
Después en el instituto no tuve tanta suerte. Libros sobre chicas que toman drogas y se quedan en coma —nuncatoméisdrogasomiraloquepasará—, niños que se ven obligados a luchar en una guerra —ohquétristeperoquérollazodelibro— o las famosas lecturas de clase de Lengua, como El quijote o Amor y pedagogía. A ver, un momento. ¿Qué? ¿De verdad creen que un chico o chica de 14 años va a empezar a leer voluntariamente después de leer Amor y pedagogía? No quiero decir que no sea una novela importante e interesante, que lo es, pero hay que tener en cuenta un factor muy importante: el-lector-tiene-catorce-años. Por supuesto que lo va a aborrecer y empezará a asociar la lectura como algo obligatorio, aburrido y casi imposible.
Incluso yo, que por aquel entonces me pasaba las tardes sumergida en los libros de Marianne Curley o Roald Dahl, odiaba aquellas lecturas. No porque fueran malas, sino porque no era el momento de leerlas. Por eso mismo toda mi clase se entusiasmó cuando una profesora nos hizo leer Momo y lo disfrutamos de principio a fin, o cuando en segundo de bachillerato se nos podía ver en la cafetería de la calle del colegio sumergidos en Mirall Trencat o muertos de la risa con Eloísa está debajo de un almendro. Son grandes obras, se disfrutan y nos enseñan cosas. ¿Por qué? Porque era el momento de leerlas. Estoy completamente segura de que si me hubieran hecho leer Mirall Trencat en los dos primeros cursos de la ESO lo hubiera tirado por la ventana.
Lo malo empieza cuando en los colegios se pretende que los alumnos lean clásicos de nuestra literatura cuando son jóvenes, como si por el simple hecho de ser clásicos e importantes los lectores tuvieran que disfrutarlos. Esto en Estados Unidos, por ejemplo, no suele pasar. La diferencia clara —creo yo— es que entre sus clásicos podemos encontrar novelas juveniles o que pueden ser leídas perfectamente por lectores jóvenes. Estamos acostumbrados a ver en las películas —o leer en novelas— que en clase de Literatura en el instituto tienen como lectura obligatoria Matar a un ruiseñor, El guardián entre el centeno o grandes novelas de aventuras. Nosotros tenemos El Quijote. Y aunque sea divertida y quizás la obra más importante en nuestra literatura, no se puede pretender que un alumno de secundaria disfrute de su lectura, porque no es el momento.
Así que, ¿qué libros me hubiera gustado que me hicieran leer en el instituto como lectura obligatoria? Cuando los árboles hablen (Speak), por ejemplo, hubiera sido una elección perfecta. Escrito de manera brillante y clara, sin grandes giros argumentales que puedan distraer a un lector joven que no está acostumbrado a las novelas. El mensaje es claro y cala hondo, y habría sido una buena lectura de instituto, sin duda alguna. Otra opción clara sería cualquier libro de Marianne Curley. Aunque quizás esto nunca ocurra porque son libros de aventuras y viajes en el tiempo, pero estoy segura de que si a una clase de chicos y chicas de catorce años les haces leer El círculo de fuego, en cuanto lo terminen irán corriendo al profesor a pedirle más libros parecidos. Otros títulos que incluiría en el programa de lecturas serían La historia interminable, La isla del tesoro o incluso los libros de Harry Potter, porque si lo importante es que los niños aprendan a amar la lectura y lo hagan mientras leen literatura de calidad, hay mucho donde escoger.
¿Y a vosotros, qué libros os hubiera gustado tener
como obligatorios en el instituto? Let's talk! :D
Entre los malos libros que nos hacían leer y que en mi casa no se leía más que las revistas del corazón, pues yo leía.. pero muy poco.
ResponderEliminarEl único que recuerdo con cariño y aún lo conservo, es No es ningún crimen enamorarse (en catalán). Que nos hicieron leer incluso en Bachillerato uno de catalán antiguo!! madre del amor hermoso, no había forma de entender nada.
Ahora realmente es cuando estoy empezando a amar la lectura, a mis 27 años. Nunca es tarde si la dicha es buena xD
A mi aparte de Speak, posiblemente me hubiera gustado leer, Las ventajas de ser un marginado *_____*
ResponderEliminarComo dices, no tacho a esas lecturas como malas, pero creo que si en su momento me hubieran hecho leer libros un poco más enfocados a mi edad y con la finalidad de que me gustase leer y no solo por que haya sido un clásico, creo que no hubiera dicho en su día, que jamás tocaría un libro por voluntad propia, gracias a Dios, llegó a mis manos Crepúsculo y ahí empezó todo.
Love youuuuu!<3
Reconozco que, dentro de lo que cabe, tuve suerte en el colegio porque nunca me obligaron a leer El Quijote o algún clásico que me pareciera un tostón. De hecho, recuerdo con cariño haber leído Las Brujas de Roald Dahl, La iguana de Alberto Vázquez Figueroa, El pequeño Nicolás y El pequeño vampiro, entre otros libros que me gustaron mucho. Por ese motivo cuando tenía 11 o 12 años leía mucho.
ResponderEliminarMi problema empezó en el instituto cuando me obligaron a leer Bodas de Sangre de Federico García Lorca y otras obras escritas en prosa, no puedo con los libros de ese género!! Así que dejé de leer XDD
Afortunadamente, hace unos 4 años retomé mi afición a la lectura y creo que nunca hubiera perdido esa ilusión si en el instituto me hubieran hecho leer Harry Potter, El Hobbit o historias de fantasías y amor más adecuadas a la edad de aquella época ;)
Saludos
Mi pasión por la lectura empezó a los 12 años con Harry Poter. El libro me lo regaló mi tio y además dio la casualidad que lo leí con la misma edad que tenía Harry. Creo que sería un buen libro para aficionar a los niños a la lectura. Más adelante, mi padre me regalo Nada de Carmen Laforet. Y me encantó.
ResponderEliminarPues en mi facultad te tirarían piedras por no querer leer Fedro voluntariamente a los 12 años y por fomentar la burda, insustancial y despreciable literatura de entretenimiento.
ResponderEliminarYo les haría leer Cuando los árboles hablen (of course) o Por trece razones. Y si tuviera que meterles un clásico, Bajo las ruedas, Demian no porque no se enterarían de una mierda xDD
¡Saludos!
Mis profesores de Hispánicas serían de la misma opinión que los tuyos, entonces. Tendríamos que leer La regenta en la ESO o algo así. En cambio, me he dado cuenta de que los de Inglés son mucho más flexibles precisamente por lo que he dicho en la entrada: muchos de sus clásicos son mucho más accesibles y no hay tanto prejuicio hacia la literatura como entretenimiento.
EliminarGracias por pasarse por mi humilde morada de soltera (por poco tiempo, if you know what I mean), Sir.
Yo tengo muy mal recuerdo de Momo, que me lo mandaron leer y no me gustó nada. Luego allá por tercero o cuarto de la ESO me dio por leer clásicos en general, ya que en juvenil la cosa no estaba para tirar cohetes. ¡Cuánto han cambiado las cosas!
ResponderEliminarYo creo que hubiese preferido que los profesores nos dejaran escoger los libros que quisiéramos leer, así cada uno podría haber elegido las lecturas que hubiese querido conforme a sus gustos. Además, después cada uno hubiese podido decir a los demás el libro que ha escogido para que lo conozcan y vean si les interesa, con lo cual los libros que merecen la pena se habrían dado a conocer mejor.
ResponderEliminarPues la verdad yo no tuve ese problema. Siempre desde niña lei y si me mandaban a leer un clasico, clasico que leia. Tal vez es como lee cada quien no XD
ResponderEliminarMe parece muy interesante. Yo tengo ese problema. Los profesores nos dicen que así le cogeremos el gusto a leer y que leeremos libros y blablablá. Yo tengo 3 grandes ejemplos de libros que no se deberían mandar:
ResponderEliminar1) La gata Leocadia. Esto me lo mandaron en primero de la ESO. Trata de una gata llamada Leocadia que tiene una amiga. ¿A TI TE PARECE NORMAL QUE NOS MANDEN ESTO?
2) La gata Leocadia en la granja. La segunda parte del anterior. Este me lo mandó la profesora en segundo. La gata se va con una niña y un perro a una granja con una mujer y el cazador. El perro encuentra un pollo medio muerto y EL CAZADOR, que se supone que mata animales, va y salva a los demás pollos que están en una granja industrial. WTF?
3) Tirant lo Blanc. Este lo conoces. Es un libro muy importante de la literatura catalana-valenciana pero ¿cómo les mandas eso a unos chavales de 14 años? No lo he disfrutado, para nada. Y es una pena, porque es uno de esos libros que siempre he querido leer y creo que lo debería de haber leído más hacia delante.
Vale, ahora viene mi crítica a todo esto:
En muchos trabajos de los libros obligatorios ya he puesto que no entiendo como quieren fomentar a la lectura obligándonos a leer los bodrios que nos mandan. Es estúpido. ¿Fomentar la lectura obligando a leer? Es como intentar ser virgen haciendo el amor, por Dios.
Tengo amigos que leen y otros que no. Y los que no leen me dicen "¿Cómo te puede gustar leer? Los libros son una mierda" y cuando les pregunto por qué me contestan "Solo hay que ver lo que nos mandan en el instituto." Y ESO NO DEBE SER ASÍ. Los profesores pueden hacer que una persona que parece que no va hacer nada en su vida meta la nariz en un libro y que le guste. Y puede que ese/a niño/a que odiaba los libros acabe siendo el Premio Nobel de Literatura.
Porque hay muchas diferencias entre fomentar clásicos y fomentar la lectura. Una de esas diferencias es que en lugar de fomentar clásicos obligas a leer clásicos y, normalmente, no gustan.
Yo creo que en los institutos no se deberían de mandar libros obligatorios. Yo, si fuese profesor no obligaría a mis alumnos a leer, simplemente les diría que quien lea un libro y haga un trabajo tendrá un ascenso en su nota. Y quien lea quien quiera.
Siento haber escrito toda esa parrafada, pero estoy harto de esos "libros tan divertidos" que nos mandan en el instituto.
Saludos desde las hojas de un libro de lectura de instituto,
Joan
¡Hala, Joan, qué pedazo de comentario! Lo que dices de Tirant lo Blanc es verdad, aunque yo por suerte no tuve que leerlo. Ya tuve más que suficiente con Amor y pedagogía XD Pero bueno, esperemos que esto vaya cambiando con los años y que los encargados de los programas de lectura de las escuela abran los ojos.
EliminarYo desde pequeña siempre he amado la lectura pero las que mandaban en clase era... horribles =.= quitando estudio dónde podíamos leer cualquier libro de una mini biblioteca y habia cosas más actuales, el resto... Yo recuerdo el libro de papel Mojado como un libro horrible al que quemaría una y otra vez xD Dios morí leyendolo... Tuve suerte porque algunas lecturas fueron geniales pero la gran mayoría... un suplicio!
ResponderEliminarA mí fíjate que, de hecho, me mandaron a leer en mi colegio "Donde los árboles cantan" y "El valle de los lobos", entre otros. Puedo decir que en ese sentido tuve suerte. Lo malo era que teníamos que leer "x" capítulos por semana y yo me zampaba el libro en unos días xDDDD.
ResponderEliminarEs decir, que tampoco puedo ponerme en la piel de alguien a quien no le manden a leer libros normales porque en mi caso, por suerte, leí libros juveniles normales y corrientes. Pero sí estoy de acuerdo en que no es que sea precisamente la mejor manera de cultivar la literatura el mandar a leer "El Quijote" o "La Celestina" o "La casa de Bernarda Alba". Que sí, que son grandes clásicos de la literatura, que leerlos en segundo de bachillerato porque lo exige la PAU no está mal pero eso en la ESO no sirve :P.
Besoteeeeees
A mí en el colegio sólo me mandaron clásicos, alguno hubo que me gustó, pero la verdad es que hubiera agradecido alguno más adecuado para la edad que tenía. Y concretamente con "El Quijote", que sólo teníamos que leer un cacho, me causaron un trauma.
ResponderEliminarPor mi parte, también me encantaban los libros de Marianne Curley <3 ¿Sabes que va a publicar uno este año después de tropecientos años sin publicar nada?
Ahora se me ocurren un montón de libros juveniles recientes que me hubiera encantado leer, pero últimamente estaba pensando que es una pena que no leyera más clásicos juveniles en su momento. Por ejemplo, ahora mismo estoy leyendo El mago de Oz y me hubiera gustado leerlo de peque, pero vamos yo los disfruto igual ahora mismo jeje! Creo que esos serían libros muy adecuados para que mandaran en el colegio.
Un beso =)
¡Ahí lo tienes! Estoy total y completamente de acuerdo contigo, al 100 por 100. (Aunque yo tengo 14 años, y sí leo en la escuela, pero claro, no ése tipo de libros, aún)
ResponderEliminarEl que me obligaron a leer es mi libro favorito, lo leí a los 16 por obligación ya que tenia que entregar un trabajo y no se hizo una exigencia, me identifique con el personaje, llore con el, incluso volví a leerlo, es el único libro que he leído completo dos veces y se lo recomiendo a cualquiera, a algunos le parecerá aburrido, a otros le gustara, pero para mi ha sido encantador, tanto que cuando murió la autora me puse super triste.
ResponderEliminarCamila de Madeleine L'Engle :)
He leído en alguno de los comentarios Tirant Lo Blanc y mi cuerpo ha comenzado a sudar. Qué horror de libro.
ResponderEliminarRespecto a mi experiencia lectora no me puedo quejar mucho. En primaria íbamos, una vez a la semana o cada dos semanas, a la biblioteca del colegio y cada uno escogíamos un libro diferente, luego creo que hacíamos una ficha en la que comentábamos qué nos había parecido. En la ESO hubo todo tipo de lecturas, desde Zoe, una misteriosa historia de amor o algo así, que fue uno de los peores libros que leímos, aunque los horrorosos eran los de catalán. Tuve también clases dedicadas exclusivamente a la lectura, recuerdo que en cuarto leíamos desde relatos de Stephen King hasta clásicos castellanos como Lazarillo de Tormes. Y ya en bachillerato pues lo "obligatorio" que entraba en selectividad, toda la clase adoramos muchísimo Mirall Trencat pero odíamos con toda nuestra alma Solitud de Víctor Catalá.
Es un tema de debate estupendo y que invita a una gran reflexión. Si he de ser sincera, la selección de libros obligatorios en el colegio jamás influyó en mi deseo de leer o en mi opinión de la lectura. Simplemente, eran mundos aparte. Nunca me gustaron los libros que se escogían en el colegio, y tampoco me gustan ahora. Sin embargo, he sido lectora desde pequeña, incansable. Contra viento y marea y colegio, supongo XD. Soy también de la opinión de que debía haberse dado libertad a los chavales para elegir, en lugar de endosarles un elefante que les asfixia cualquier deseo. Aunque claro, ya me gustaría a mí saber si esos libros obligatorios han sido leídos por los profesores y padres y encima disfrutaron alguna vez ;o)
ResponderEliminarBesotes anti-norma.