Will Grayson, Will Grayson (John Green & David Levithan)

«you know what sucks about love? that it’s so tied to truth»

David Levithan, el mago de la sinceridad. John Green, el escritor de los símbolos y los diálogos. ¿Qué clase de novela puede salir de dos autores como ellos, tan diferentes a la hora de escribir y tan parecidos a la hora de entender la literatura juvenil? Pues nada más y nada menos que una novela como Will Grayson, Will Grayson, repleta de música, amistad, conflictos interiores y personajes que podrían salir de las páginas en cualquier momento y el lector no se extrañaría de que fueran personas de carne y hueso; honestidad, sentido del humor y personajes que encajan perfectamente como engranajes de una novela que funciona prácticamente sola.

Will Grayson:
What if your oldest, wildest, only best friend started writing a musical about your life… and it made you look like a joke?
What if the girl you didn’t think you were interested in started being interested in you?
And who is this other guy called Will Grayson?
The other Will Grayson:
What if you are technically depressed? What if you’re in love with someone you’ve never met?
And what’s the story with the guy walking around with your name?

Cuando uno lee a John Green y a David Levithan por separado, lo último en lo que piensa es que dos estilos tan diferentes puedan coexistir en una misma novela sin que ésta sea un desastre. Pero ambos autores encontraron la fórmula perfecta (la fórmula que utiliza siempre Levithan en sus novelas a cuatro manos), que consiste en que cada uno de los autores da voz a un personaje. De este modo, la historia es explicada por dos narradores en primera persona con dos voces tan diferentes entre sí como sus propias personalidades.

Mientras que el WG de Green es un chico solitario por decisión propia cuyo único amigo de verdad es tan excéntrico como para organizar un musical sobre su propia vida en el instituto, el WG de Levithan lucha día a día contra la depresión y el hecho de estar enamorado de un chico con el que habla por Internet y que parece ser la única persona en el mundo capaz de sacarle una sonrisa. Ambos WG no se conocen y parecen compartir solo el nombre, pero una noche llena de decepciones y coincidencias hace que ambos se encuentren, aunque en realidad será Tiny Cooper, el amigo enorme y gay del WG de Green, quien mantenga conectados a ambos chicos.

I mean, Jesus, who even gives a fuck about sex?! People act like it’s the most important thing humans do, but come on. How can our sentient fucking lives revolve around something slugs can do. I mean, who you want to screw and whether you screw them? Those are important questions, I guess. But they’re not that important. You know what’s important? Who would you die for? Who do you wake up at five forty-five in the morning for even though you don’t know why he needs you?

Como si la propia novela se tratase de una canción, el ritmo y la intensidad van aumentando pausadamente, sin prisas, hasta que quien la está leyendo siente toda esa emoción y esa sensación de todo va a explotar cuando la canción llegue a lo más alto, cuando las luces brillen a máxima potencia y cada nota traspase nuestros cuerpos como solo las mejores canciones consiguen hacerlo. No sé si entendéis esa sensación, pero es la única manera que se me ha ocurrido para explicarlo. Además, que la historia a partir de la mitad de la novela se centre en el musical de Tiny Cooper tiene mucho que ver en el ambiente que se crea alrededor de los personajes.

D. Levithan (izquierda) y J. Green (derecha)

Los personajes han sido otro de los aspectos que más he disfrutado, y es que ambos autores, aunque Levithan siempre lleva esto más allá, adecuan la manera de narrar al personaje. El WG de Green, como narrador y personaje, desprende ironía en cada frase y se presenta a sí mismo como una persona que no disfruta del mundo en el que vive, a pesar de sentirse agradecido por personas como sus padres o Tiny. El WG de Levithan, por otra parte, no solo narra de la misma manera en la que piensa, sino que no hace uso de las mayúsculas. Este aspecto queda explicado por el propio Levithan en una entrevista incluida al final de mi edición, en la cual dice que «(su) Will Grayson usa siempre las minúsculas porque así es cómo se ve a sí mismo. Es una persona minúscula». Que incluso detalles como esos se adapten al personaje es una de las razones por las que adoro a David Levithan como escritor.

i do not say ‘good-bye.’ i believe that’s one of the bullshiest words ever invented. it’s not like you’re given the choice to say ‘good-bye’ or ‘awful-bye’ or ‘couldn’t-care-less-about-you-bye.’ every time you leave, it’s supposed to be a good one. well, i don’t believe in that. i believe against that.

Will Grayson, Will Grayson me ha sorprendido, tanto por la historia como por la construcción de los personajes y la manera en la que ambos autores han conseguido hacerlos interactuar. Música, amistad, chicos que se enamoran cuando menos lo esperaban, otros chicos que descubren que de quien estaban enamorados no era quien decía ser... Y muchos más líos que al final quedan reducidos a una de las preguntas que todos nos hacemos cuando somos adolescentes: ¿realmente conseguiré estar bien algún día? Y puede que no sepamos todavía la respuesta a esa pregunta, pero lo que sí sabemos es que rodearse de las personas adecuadas ayuda mucho en el camino.